viernes, 24 de julio de 2015

La Croix de Fer --Nada que ver con Peckinpah--.

Habiéndose producido el caso Festina --esto es en 1998--, dirigime enseguida hacia Francia a ver si aún pillaba cacho de las migajas... Craso error! Los ciclistas estaban caninos por las redadas y los controles y fueron mis drogas las que intentaron meterse. En aquella mítica etapa Grenoble-Deux Alpes debieron oler lo que llevaba en los bolsillos y no me dieron tregua desde el primer momento. Ya en la Croix de Fer lanzáronse a por mí y hube de correr lo que no está escrito. Que si baja la Croix, que si sube el Telegraphe... Y lo peor estaba por llegar: en el Galibier el Pirata Pantani intentó el abordaje definitivo para saquearme el perico. ¡¡ Hasta Ullrich --que poco después daría positivo por ir hasta el culo de anfetaminas-- petó por aquel ritmo infernal!!. Pero el Pirata no cejaba en el empeño... Menos mal que cuando llegamos a Deux Alpes la organización lo paró pa llevarlo al podium porque yo ya me veía escalando el Mortirolo. Putas ampollas me salieron en los pieses: Tres meses tirao en la cama con las piernas para arriba que no podía moverme ni pa ir a pillar...
Pa que luego digan que el deporte es sano... ¡¡MIS COJONES!!

 
PD: Quizá el título no sea todo lo exacto que debiera: Al bueno de Sam también le gustaba la blanca más que a un tonto un lápiz...

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