El 5 de julio de 1943, los soviéticos, en esta ocasión bien informados sobre los planes alemanes de
lanzar una gran ofensiva en el saliente del Kursk, se adelantan diez minutos al
inicio de la “Operación Ciudadela” con un intenso bombardeo artillero.
Inmediatamente, la aviación de los dos Ejércitos se arroja
al aire en una enconada lucha por dominar el espacio aéreo de la estepa donde se
desarrollaría el enfrentamiento, la batalla de tanques más grande y famosa de
la Historia. Enjambres de los temibles IL 2 Sturmovik
– avión de asalto, literalmente-- son
lanzados, por primera vez en masa, a machacar las columnas Panzer.
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